Utopías al viento

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La PALABRA en la CALLE

LA CASA DE LAS PALABRAS - Eduardo Galeano

A la casa de las palabras, soño Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas, ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían y tambien buscaban palabras que conocían y habían perdido. En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino

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A Simoma le llegó la Noche

Simoma a la tarde

Simoma en Carnaval

Llegó la noche, llegó el Carnaval y la hora de Simoma se acercó poco a poco. Para despedirla nada mejor que organizar un gran festejo. En un pequeño tablado rodeado por niños y grandes se dio inició al espectáculo. Este año, la tematica que atravesó la celebración fueron los miedos, tanto los de antes como la llorona, el chancho con cadenas, el viejo de la bolsa... hasta los actuales como la gripe A, el dengue, la inseguridad, el otro...

Bajo la premisa del miedo en los mitos populares, en primer lugar actuó el grupo de teatro de Macondo, representando a unos excéntricos periodistas del canal Amarillo TV que incitaban a la gente a quedarse dentro de sus casas mirando televisión. Los personajes fueron echados del escenario por la murga Arrebatando Lágrimas junto a niños y grandes (ayudante de Simoma incluído). Entre baile y canciones la murga comenzó a espantar a los miedos.

Vecinos, actores, murgueros, grandes, más grandes, chicos y más chicos emprendieron una caravana rodeando el Parque Alberdi hasta llegar a la explanada donde esperaba Simoma. El sonido de los tambores de la Cuerda Ashanti imprimió un aire de ritual a la noche. El momento del final llegó rápido y el fuego silenció la noche. Se fueron Simoma y su ayudante llevandose muchos deseos y la certeza de que el próximo año se materializarán de alguna forma en el nuevo Momo (como así lo hicieron nuestros queridos Evaristo Gallardo y Humberto Florido).

El silencio duró poco porque la Batucada Daii Yará irrumpió en el Parque para dar cierre a otra maravillosa noche de Carnaval. Gracias a todos por acompañarnos y celebrar esta fiesta popular con nosotros.

Y gracias a Graciela Casamiquela y Claudio Martínez por las fotos!.